Nota de El Cronista
“Empezamos el año con mucha incertidumbre y preocupación porque los primeros meses de la pandemia estadísticamente fueron los peores de los 20 o 30 años del sector”, sintetiza Román Queiroz, presidente de la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA), mientras realiza un balance anual sobre las pymes del segmento.
Si bien para FAIMA -que agrupa a 28 cámaras de toda la cadena de valor foresto industrial y representa a nivel nacional al Sector Industrial Maderero- se hizo muy difícil poder visualizar un sendero positivo en el contexto de aislamiento, a partir del segundo semestre de 2020, el escenario cambió de color. La flexibilización de la cuarentena marcó de forma innegable un antes y un después.
“El sector a partir de junio empezó a repuntar muy fuerte, llegando a su pico en el mes de octubre bastante bueno, te diría, de los mejores de los últimos 10 años del sector. (Eso fue) producto de que hubo consumo interno por diversas cuestiones: la gente ya estaba en la calle, se animaba a comprar muebles; y también el mercado externo empezó muy fuerte”, indica Queiroz en diálogo con El Cronista.
En lo que respecta a la exportación de cara a finales del 2020, según precisa, desde 2006 no había un volumen tan alto. “Desde esa época no se exportaba en los volúmenes que lo hace ahora el sector -resalta-. Principalmente, en lo que es la primera transformación de la madera: aserradero, tablas, tableros, vigas, etcétera”.
Por otra parte, en lo que se refiere al mercado interno en el mismo periodo, se registró un consumo tan fuerte que, incluso, hasta “generó dificultades” debido a que no se podía abastecer a todos. “Las industrias no estaban preparadas. Eso provocó algunos reclamos que, por suerte, ya pudimos solucionar”, aclara. Y pese a que en noviembre y diciembre mermó un poco el mercado interno, fue “un fin de año bastante óptimo”, destaca el titular de FAIMA.
-Creo que fue bueno el año. Al principio estábamos con mucho temor, pensamos incluso que iba a haber un cierre de muchas empresas que al final no lo hubo. Tuvimos otra gimnasia para atravesar la crisis, una de las más profundas que hemos vivido, que por suerte duró pocos meses. Pero me parece que el sector salió favorecido por el sacrificio, hubo una reactivación inmediata muy fuerte del mercado interno acompañada por un mercado externo también muy activo. Esto no quita que alguna empresa o nicho en particular haya pasado por situaciones complicadas, pero en términos generales el sector terminó bien el año dentro de este contexto.
-Tenemos mucha incertidumbre por lo que va a pasar en el mundo, tanto en la exportación como en el mercado interno. Creemos que va a continuar parecido al cierre de este año: con un mercado interno todavía manteniendo estos niveles y un mercado externo consumiendo.
El Gobierno nacional está trabajando mucho en la obra pública, por lo que se está consumiendo mucha madera. Creemos que 2021 será un año parecido al segundo semestre de 2020 y que se van a mantener esos volúmenes.
Con respecto a la producción en 2021, creemos que se va incrementar un poco porque algunas pymes están tratando de hacer inversiones y de agregar turnos de trabajo para que el mercado no esté desabastecido. Yo creo que se van a animar un poco más. Hasta ahora muchas estaban con temor en agregar un turno de trabajo, porque no sabían lo que iba a pasar. Hoy contratar gente es bastante complicado porque desafectar a un trabajador genera también una fuerte erogación económica. Pero creo que las pymes se van a animar a agregar un turno de trabajo y más horas para poder abastecer principalmente al mercado interno, donde hubo tantos reclamos.
-Qué pregunta… interesante. Los desafíos son articular políticas con el sector público para asegurar el consumo, que las tasas sean acordes a un momento que estamos atravesando con muchas dificultades y el Ahora 12 es fundamental que continúe, eso le da un volumen bastante interesante a las ventas. Pero creo que lo esencial son las tasas, pasa mucho por ahí, que bajen y que el consumo se mantenga o se amplíe.
También modificar un poco el tema de la ley laboral, porque si bien creo que se toman medidas a favor del trabajador, muchas veces se descuida a la empresa. Y después éstas no quieren tomar personal porque no se sienten con la seguridad jurídica como para poder contratar gente. Además de pensar un poco en el trabajador, que es muy necesario, también hay que pensar en políticas para las empresas. Hubo algunas medidas, como el ATP y algunas otras cuestiones, pero me parece que hay que trabajar más en una reforma de fondo.
Se piensa mucho en el trabajador, que está bien que así sea, pero poco en la reforma estructural. Necesitamos un poco más de seguridad jurídica laboral para cuidar las empresas. Hay muchas que terminan cerrando por juicios laborales muy grandes. Necesitamos un poco también de ese cuidado de parte del Gobierno hacia las pymes.
Hay que trabajar en una reforma amplia que beneficie tanto a las empresas como a los trabajadores. Obviamente, después habrá que analizar qué se puede hacer y que no, pero me parece que va por ahí, esa es la gran preocupación que tenemos desde las pymes.
–Muy bajo. En nuestro sector está la parte mueblera y después está la maderera. El principal problema de los muebles es la importación. Dentro de lo que se hizo bien en el Gobierno, como política de Estado hubo un buen manejo del comercio exterior con el freno a las importaciones. Veníamos de una avalancha de importaciones muy fuerte, y por suerte este gobierno tomó la decisión de no permitir importaciones y favorecer la industria nacional. La exportación de muebles en la Argentina nunca fue un gran elemento.
El mercado mundial de muebles representa aproximadamente al 1% del comercio mundial y desde 2003 hasta la irrupción del Covid-19 se encontraba en continuo crecimiento. Los muebles de madera son los que tienen mayor relevancia en el sector, con 57%. La tendencia internacional apunta a la combinación de decoración con diseño de soluciones funcionales para espacios reducidos en el plano de consumo familiar, y a los muebles con versatilidad para metodologías de coworking y plantas abiertas en el mercado de oficinas.
Este país cuenta con un interesante número de empresas que piensan y diseñan en ese sentido siguiendo las tendencias de mercado. Sabemos que tenemos por delante un largo camino por recorrer, ya que Argentina hoy ocupa el puesto número 61 entre los exportadores de muebles.
-Es necesario contar una macroeconomía estable que permita pensar en planes de más largo plazo. Los procesos de exportación llevan tiempo de desarrollo, de relación con el exterior, de generar mercados y para ello la estabilidad es una condición necesaria.
También se requieren industrias que generen mucho más volumen. Nosotros somos un país más enfocado en el diseño que en generar volumen. Y al no tener tanta producción de muebles, no podemos bajar los costos. Es una cuestión de decisión.
-El cambio fue inmediato, cuando se empezaron a abrir algunos locales de venta la gente se abocó a la compra de muebles, a la refacción de sus hogares. A partir de junio el sector repuntó bastante. Abril y mayo, en cambio, fueron dos meses muy críticos para nosotros como para todo el sector.
-La producción de muebles viene registrando muy buenos números en el segundo semestre. El último dato disponible de octubre marca una suba del 8,8% respecto al mismo del año anterior cuando en septiembre el registro fue del 21% (amplificada por una base de comparación muy baja). Si se toman los últimos seis meses con datos la producción del segmento muebles y colchones se encuentra un 4% por encima del año anterior. Esta recuperación del sector del mueble y colchones se da luego de varios años de caídas de producción y ventas. El sector del mueble pudo dar respuesta rápidamente a una crisis histórica como la registrada en abril de este año.
A su vez, en 2020 el sector del mueble realizó una fuerte inversión en e-commerce. Según el último relevamiento de FAIMA, un 15% más de las empresas comenzó a realizar ventas online en comparación con el período previo a la pandemia. Esto fue acompañado por una mayor presencia en redes sociales, con Instagram como red predilecta de las empresas de muebles.
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