Las cunas, en la mira: impulsan un proyecto para regular su diseño y que sean más seguras

El proyecto es desarrollado por la Sociedad Argentina de Pediatría, junto a IRAM y el INTI.

Distintos productos utilizados diariamente para el transporte o entretenimiento de los más chicos pueden causar lesiones no intencionales. Por ese motivo, en gran parte del mundo, su producción y comercialización están reglamentadas. En nuestro país los expertos buscan avanzar en este tipo de regulaciones. 

El Comité Nacional de Prevención de Lesiones de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) se unió al Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y el Instituto Argentino de Normalización y Certificación (IRAM), para garantizar parámetros normativos de mobiliaria infantil. Hace dos años están trabajando en una norma que regule la fabricación de un mueble central en la vida cotidiana de los bebés: la cuna.

El doctor Rubén Zabala, miembro del Comité y partícipe del proyecto, explica que una mala confección de las mismas puede derivar encaídas, cortes, heridas, estrangulamiento o atascamiento, ya que los bebés meten la cabeza u otros miembros y luego no pueden sacarlos.

La norma busca minimizar los riesgos. Establece una medida de, por lo menos, 60 cm para los laterales y una distancia entre los barrotes de 4 a 6 cm. También prohíbe las ruedas, las barandas móviles, las fundas plásticas de los colchones y los materiales potencialmente tóxicos. Por último, exige un ajuste perfecto del colchón, para que los niños no tengan espacio para introducir las manos o los pies.  

El trabajo debe involucrar a fabricantes y proveedores de insumos, como pinturas, barnices y laca. Según Zabala, se trata de una prevención desde el Estado, para llenar el “vacío legal” existente.

Con el fin de concientizar a los padres sobre los cambios y el uso responsable de las cunas, cada producto deberá traer un manual de instrucciones en castellano.

Desde la SAP también se elaboraron una serie de recomendaciones de uso para los padres. Allí se postula que de deben colocarse juguetes colgantes de ningún tipo en la cuna, ni dejar allí bolsa, láminas de plástico y objetos pequeños. “Si los barrotes laterales no son fijos, su mecanismo de ascenso y descenso debe ser tal que solo pueda operarlo un adulto y no pueda ser realizado por el niño”, agrega.

Las cunas son ahora el foco principal, pero no son el único. Muchos pediatras, por ejemplo, desaconsejan el uso de andadores.De hecho, países como Canadá y Brasil prohibieron su comercialización.

Aunque muchos papás creen que fortalecen las piernas de los niños, estos elementos no aceleran la caminata y facilitan las caídas (sobre todo en escaleras), así como el acceso a objetos perjudiciales, como enchufes y lámparas.

Los cochecitos también son parte de un debate en todo el mundo. Un estudio estadounidense mostró que, entre 2007 y 2009, murieron 12 bebés al año, por cuestiones relacionadas con su uso: desde deslizamientos, hasta asfixias, vuelcos y accidentes en la calle. En total, esto representó el 11% de los fallecimientos en menores de 5 años.

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